-¿¡Donde vas tan acelerada saltamontes!?
-¡Estoy curada James, estoy curada!
-¿De verdad? ¡Que alegría! Como me alegro -dijo mientras me abrazaba-.
-Hola James. Que sorpresa tan inesperada. Pasa hijo -interrumpió mi madre-.
James y yo entramos a mi casa a la vez, cogidos de la mano, mientras que mi madre ya estaba más adelantada de nosotros. Subimos las escaleras y nos dijimos a mi habitación; supuse que James quería saber que pasó con su madre. Entramos, cerré la puerta y le invité a sentarse en la silla del escritorio. Yo me acomodé en otra silla frente a él. Empezamos a hablar:
-Pues verás: Conocí a tu madre cuando me secuestraron. Ella solo buscaba información acerca de ti, por eso me secuestro. ¿La razón por la que no fue a decírtelo directamente? No es más que una amenaza. Tu padre la presionó para mantener en secreto que Scarlett es tu madre y tu su hijo.
-¿Mi madre se llama Scarlett? Bonito nombre... Pero eso no es lo importante, lo importante es que mi padre me mintió. Pero me extraña muchísimo que él le hiciera eso a mi madre. Siempre he pensado que era una buena persona, hasta hoy... Tengo que hablar con él -se levantó de la silla-.
-¡No! No, tu padre no puede enterarse de todo esto, sino matara a tu madre, la amenazó, ¿Recuerdas?
-¿Entonces que hago?
-Yo te llevaré hasta allí, pero debes prometerme que te comportaras como siempre, que no vas a decir nada y sobretodo a tu padre.
-Te lo prometo.
-Entonces nos vemos hoy a las 8. Intenta ser puntual y recuerda que tu padre no se puede enterar de nada.
-De acuerdo, aquí estaré.
Entonces salimos por la puerta y bajamos las escaleras. Pusimos la excusa de que tenía que irse a una comida importante. Se fue y fui con mi madre a preparar la comida. Pasaron las horas y llegó la hora de la quedada: James apareció a las 8 en punto en mi casa, subimos al coche y nos fuimos hacía el estruendo piso de Scarlett. En cuanto llegamos, tocamos al timbre y subimos las escaleras. Scarlett nos abrió la puerta. Parecía otra: Llevaba el pelo recogido y teñido de un tono más oscuro, ropas más adecuadas y el maquillaje menos llamativo.
-James, hijo mío ¿Eres tú?
-¿Mamá?
- Si hijo, soy yo, tu madre.
Entonces James empezó a llorar. Scarlett abrió los brazos y le abrazó. James no se quedó atrás y le abrió los brazos. Fue un momento madre-hijo precioso. Scarlett nos invitó a entrar.
(Aprovecho para pedir disculpas por no escribiros hace mucho tiempo).
Me gusto mucho esta entrada. Te vengo viendo el bog de hace muchisimoo.. me encanta!! espero verte y leer tu opinion sobre el mio.. :) Te sigo!:) seras bienvenida en mi blog.
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