RDC fans! ♥:

lunes, 26 de diciembre de 2011

Cp. 18: Secuestro

Noté el sonido de su respiración justo al lado de mi oreja, noté como me puso su mano en mi boca y como me rodeaba la cintura con la otra. ¿Asustada? Pues sí. Supongo que pensareis que era James, pero su olor no era el mismo. Era un olor diferente. Él (porque supuse que eran manos de hombre) empezó a arrastrarme por todo el suelo. Yo no pude hacer nada, más que patalear e intentar gritar. Pronunció unas palabras, no lo entendí muy bien, pero algo así como "Estate quieta de una vez niña". No me pareció muy amigable que digamos. Me vendó los ojos, me ató brazos y pies y me tapo la boca con un celo grueso y pegadizo. Luego noté como me empujó hacia un suelo duro, oí un cierre de puertas, un motor y una aceleración. Supuse que estaba dentro de un coche. Empecé a llorar, a patalear, a intentar gritar; no pude hacer nada. Paré a pensar que había pasado y solo podía ser una cosa: Me habían secuestrado. Solo de pensar en eso, me sentía mal, triste, sola, desprotegida, desafortunada... Y todo justo cuando me empezaba a ir bien todo, cuando lograba mis sueños, cuando vivía en un cuento... Justamente tenía que pasarme esto. "¿Porque a mí?" pensé. "¿Que he hecho yo para pasar todo esto, que he hecho? He sido buena, no pretendo hacer daño a nadie... ¿Porque solo me hacen daño a mí? La vida es tan injusta." No podía retener mis lágrimas, eran espontaneas y naturales. Una vez me dijeron que llorar era algo normal y natural, no tenía porque esconderlo, y no lo escondí ni me avergüenzo de ello. Pensando y pensando, el coche de repente paró en seco. Las puertas se volvieron a abrir (por lo que pude percibir) y noté un ligero olor a alcantarillado y a mugre. Me cogieron con delicadeza y me subieron por unas escaleras. De nuevo las aperturas de puertas, pero esta vez no subimos más escaleras, sino que me dejaron sentada sobre una silla. Por fin me quitaron las vendas de los ojos y de la boca, pero seguía atada en la silla. Miré a mi alrededor: Era una sala únicamente iluminada por una simple bombilla y delante de mí otra silla, pero esta era más cómoda, yo diría que más bien era una butaca de piel de color rojo. La puerta se abrió y aparecieron  2 hombres y una mujer. No podía creer lo que veían mis ojos: Eran Bruce y Cooper, los supuestos amigos de James e iban acompañados por otra chica desconocida para mí. Ella era rubia, bastante desarrollada (por así decirlo), no podía decir que era muy alta ya que llevaba unos tacones de al menos 20 cm, bastante operada y maquillada y con aires de tener un ego enorme.

-Así que esta es Catherine -decía dando vueltas al rededor de mí-. Porque, eres Catherine, ¿No?
-Así es...
-Bien. Muy bien. Supongo que estarás asustada, es muy normal, porque a quien le gusta estar atado en un silla y rodeado de mala gente -rió con burla- Pues tranquila cariño, no pienso hacerte nada, a menos que respondas a un par de preguntas que vamos a hacerte.
-Vale, preguntadme lo que queráis, pero luego dejadme en paz.
-Bien. Muy bien. Entonces mis compañeros te harán algunas preguntas ¿Verdad que sí?
-Sí, sí claro señora, como no... -dijeron embobados-.
-¡Genial! Pues venga a que estáis esperando, disparad.
-¡No me disparéis no he hecho nada! -grité asustada-.

En ese momento Cooper sacó algo de su bolsillo a la vez que Bruce. Cerré los ojos y apreté los dientes durante un momento y luego los abrí un poco. Quedé ridícula. Solo sacaron un bolígrafo y una libreta para apuntar. Ellos me miraron y empezaron a reírse de mí. Agaché la cabeza y intenté ignorar lo que pasaba a mi alrededor, intenté soportar la situación, pero no era resultante. Levanté la cabeza y les dije que empezaran a preguntarme.

-Muy bien. Primera: ¿De que conoces a James y como es tu relación con él?
-¿Solo quieren saber sobre James? -les pregunté-.
-Pues sí.
-¿Y porque no se lo preguntan a él todo esto, no sería más sencillo?
-¡No! Es que tenemos una cuenta pendiente con él... -dijo la rubia-.
-¿Puedo saber más acerca de eso? Tengo derecho.
-¿Que derecho tienes? Somos 3 contra 1 sin contar las armas que son 5.
-Puedo denunciarles a la policía, tengo un botón en alguna parte de mi cuerpo que permite ponerme en contacto con ellos -mentí-.
-De acuerdo bonita no hace falta que te pongas así... ¡Quitarle las cuerdas a la niña mentecatos!

Después de aquello, conseguí que me liberaran y además conseguí sacarles información sobre porque me secuestraron y que querían saber sobre James.

No hay comentarios:

Publicar un comentario